jueves, 19 de diciembre de 2013


LEER ... PARA CRECER



¿Por qué es importante leer?.

Porque te complementa como persona, al tomar un libro y ponerse a leerlo es un buen  ejercicio para el cerebro, la mente adquiere más concentración y cultura, conoces más maneras de pensar, aprendes que es lo principal para luego expresarte mejor en cualquier redacción o en la vida misma, aprendes ortografía. Además es muy importante porque se aprende mucho sobre cultura general, filosofía, política, e  ideologías que enriquecen el conocimiento.

Escuchar, viajar o leer nos da la oportunidad de compartir lo que otros han aprendido ya, o lo que han visto, o lo que han vivido o viven, o lo que alguna vez han imaginado. Leyendo profundizamos las experiencias y vivencias de otros, por eso leer es, y debe ser, un ejercicio activo,  porque lo que alguien aprendió (con placer, dolor, sentimiento o sufrimiento), lo escribió para que otros lo puedan aprender con más facilidad. Todo lo que alguien vio, vivió, disfrutó o imaginó, está en los libros. 


Y es una pena que muchas personas hoy en día rechacen este tipo de actividad que es tan placentera y lo hacen solo por el echo de que les queda mas cómodo mirar televisión,estar en la PC que luego se va convirtiendo poco a poco en un vicio, y a eso le sumamos la Playstation, o si leen un libro damos por seguro que es por ser corto o por obligación, lo cual no debería serlo así, como dijo Maruja Torres:   
"Una infancia sin lecturas es una habitación sin ventanas. Los libros y la educación para los niños deberían formar parte de lo más sagrado. Leer ayuda a comprender, ayuda a viajar con la imaginación, ayuda a vivir."


BENEFICIOS DE LA LECTURA





Cuento de Navidad[Cuento. Texto completo.]Ray Bradbury
El día siguiente sería Navidad y, mientras los tres se dirigían a la estación de naves espaciales, el padre y la madre estaban preocupados. Era el primer vuelo que el niño realizaría por el espacio, su primer viaje en cohete, y deseaban que fuera lo más agradable posible. Cuando en la aduana los obligaron a dejar el regalo porque pasaba unos pocos kilos del peso máximo permitido y el arbolito con sus hermosas velas blancas, sintieron que les quitaban algo muy importante para celebrar esa fiesta. El niño esperaba a sus padres en la terminal. Cuando éstos llegaron, murmuraban algo contra los oficiales interplanetarios.-¿Qué haremos?
-Nada, ¿qué podemos hacer?
-¡Al niño le hacía tanta ilusión el árbol!
La sirena aulló, y los pasajeros fueron hacia el cohete de Marte. La madre y el padre fueron los últimos en entrar. El niño iba entre ellos, pálido y silencioso.
-Ya se me ocurrirá algo -dijo el padre.
-¿Qué...? -preguntó el niño.
El cohete despegó y se lanzó hacia arriba al espacio oscuro. Lanzó una estela de fuego y dejó atrás la Tierra, un 24 de diciembre de 2052, para dirigirse a un lugar donde no había tiempo, donde no había meses, ni años, ni horas. Los pasajeros durmieron durante el resto del primer "día". Cerca de medianoche, hora terráquea según sus relojes neoyorquinos, el niño despertó y dijo:
-Quiero mirar por el ojo de buey.
-Todavía no -dijo el padre-. Más tarde.
-Quiero ver dónde estamos y a dónde vamos.
-Espera un poco -dijo el padre.
El padre había estado despierto, volviéndose a un lado y a otro, pensando en la fiesta de Navidad, en los regalos y en el árbol con sus velas blancas que había tenido que dejar en la aduana. Al fin creyó haber encontrado una idea que, si daba resultado, haría que el viaje fuera feliz y maravilloso.
-Hijo mío -dijo-, dentro de medía hora será Navidad.
La madre lo miró consternada; había esperado que de algún modo el niño lo olvidaría. El rostro del pequeño se iluminó; le temblaron los labios.
-Sí, ya lo sé. ¿Tendré un regalo? ¿Tendré un árbol? Me lo prometieron.
-Sí, sí. todo eso y mucho más -dijo el padre.
-Pero... -empezó a decir la madre.
-Sí -dijo el padre-. Sí, de veras. Todo eso y más, mucho más. Perdón, un momento. Vuelvo pronto.
Los dejó solos unos veinte minutos. Cuando regresó, sonreía.
-Ya es casi la hora.
-¿Puedo tener un reloj? -preguntó el niño.
Le dieron el reloj, y el niño lo sostuvo entre los dedos: un resto del tiempo arrastrado por el fuego, el silencio y el momento insensible.
-¡Navidad! ¡Ya es Navidad! ¿Dónde está mi regalo?
-Ven, vamos a verlo -dijo el padre, y tomó al niño de la mano.
Salieron de la cabina, cruzaron el pasillo y subieron por una rampa. La madre los seguía.
-No entiendo.
-Ya lo entenderás -dijo el padre-. Hemos llegado.
Se detuvieron frente a una puerta cerrada que daba a una cabina. El padre llamó tres veces y luego dos, empleando un código. La puerta se abrió, llegó luz desde la cabina, y se oyó un murmullo de voces.
-Entra, hijo.
-Está oscuro.
-No tengas miedo, te llevaré de la mano. Entra, mamá.
Entraron en el cuarto y la puerta se cerró; el cuarto realmente estaba muy oscuro. Ante ellos se abría un inmenso ojo de vidrio, el ojo de buey, una ventana de metro y medio de alto por dos de ancho, por la cual podían ver el espacio. El niño se quedó sin aliento, maravillado. Detrás, el padre y la madre contemplaron el espectáculo, y entonces, en la oscuridad del cuarto, varias personas se pusieron a cantar.
-Feliz Navidad, hijo -dijo el padre.
Resonaron los viejos y familiares villancicos; el niño avanzó lentamente y aplastó la nariz contra el frío vidrio del ojo de buey. Y allí se quedó largo rato, simplemente mirando el espacio, la noche profunda y el resplandor, el resplandor de cien mil millones de maravillosas velas blancas.
FIN





lunes, 16 de diciembre de 2013

ESPA J.M.G

CUENTO DEL GATO CON BOTAS

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Cuento del Gato con Botas

El cuento del Gato con Botas.

Erase una vez un viejo molinero que tenía tres hijos. Acercándose la hora de su
 muerte hizo llamar a
 sus tres hijos. "Mirad, quiero repartiros lo poco que tengo antes de morirme".
 Al mayor le dejó
 el molino, al mediano le dejó el burro y al más pequeñito le dejó lo último que
 le quedaba, el gato.
 Dicho esto, el padre murió.

Mientras los dos hermanos mayores se dedicaron a explotar su herencia, el más
 pequeño cogió
unas de las botas que tenía su padre, se las puso al gato y ambos se fueron a
recorrer el mundo.
 En el camino se sentaron a descansar bajo la sombra de un árbol. Mientras el
amo dormía, el gato
 le quitó una de las bolsas que tenía el amo, la llenó de hierba y dejó la bolsa abierta.
En ese
 momento se acercó un conejo impresionado por el color verde de esa hierba
 y se metió
dentro de la bolsa. El gato tiró de la cuerda que le rodeaba y el conejo quedó
 atrapado
en la bolsa. Se hecho la bolsa a cuestas y se dirigió hacia palacio para entregársela
al rey.
Vengo de parte de mi amo, el marqués Carrabás, que le manda este obsequio.
 El rey
muy agradecido aceptó la ofrenda.

Pasaron los días y el gato seguía mandándole regalos al rey de parte de su amo.
 Un día, el
rey decidió hacer una fiesta en palacio y el gato con botas se enteró de ella y pronto se le
ocurrió una idea. "¡Amo, Amo! Sé cómo podemos mejorar nuestras vidas. Tú solo sigue
mis instrucciones." El amo no entendía muy bien lo que el gato le pedía, pero no tenía nada
 que perder, así que aceptó. "¡Rápido, Amo! Quítese la ropa y métase en el río." Se acercaban
 carruajes reales, era el rey y su hija. En el momento que se acercaban el gato chilló:
"¡Socorro! ¡Socorro! ¡El marqués Carrabás se ahoga! ¡Ayuda!". El rey atraído por
 los chillidos del gato se acercó a ver lo que pasaba. La princesa se quedó asombrada
 de la belleza del marqués. Se vistió el marqués y se subió a la carroza.

El gato con botas, adelantándose siempre a las cosas, corrió a los campos del pueblo
y pidió a los del pueblo que dijeran al rey que las campos eran del marqués y así ocurrió.
Lo único que le falta a mi amo -dijo el gato- es un castillo, así que se acordó del castillo
 del ogro y decidió acercarse a hablar con él. "¡Señor Ogro!, me he enterado de los
poderes que usted tiene, pero yo no me lo creo así que he venido a ver si es verdad."

El ogro enfurecido de la incredulidad del gato, cogió aire y ¡zás! se convirtió en un feroz león.
 "Muy bien, -dijo el gato- pero eso era fácil, porque tú eres un ogro, casi tan grande como
un león. Pero, ¿a que no puedes convertirte en algo pequeño? En una mosca, no, mejor
 en un ratón, ¿puedes? El ogro sopló y se convirtió en un pequeño ratón y antes de que
se diera cuenta ¡zás! el gato se abalanzó sobre él y se lo comió. En ese instante sintió
pasar las carrozas y salió a la puerta chillando: "¡Amo, Amo! Vamos, entrad." El rey
quedó maravillado de todas las posesiones del marqués y le propuso que se casara
con su hija y compartieran reinos. Él aceptó y desde entonces tanto el gato como
el marqués vivieron felices y comieron perdices.




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"Canciones para niños"

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Mediometro.com - Juegos Infantiles, Cuentos y Entretenimiento para niños.

Te envio el cuento del "Gato con botas"..Tu alumna de Enseñanzas Básicas.Marisa

Fomento de la lectura

La lectura es muy importante en cualquier edad.Nos podemos adentrar en un mundo mágico y maravilloso.
Enhorabuena por el blog.

--
noni.timon@gmail.com

domingo, 15 de diciembre de 2013

ESPA J.M.G

Te envio un archivo adjunto.Lo veré en tu blogs.Tu alumno de ESPA ,Esteban

ESPA J.M.G

Federico García Lorca.

Federico García Lorca ha sido el poeta y dramaturgo español más importante del Siglo XX. Ha desempeñado un papel fundamental en la Generación del 27 siendo el autor español más traducido de este siglo.

Su obra más conocida ha sido la trilogía dramática formada por "Bodas de sangre", "Yerma" y "La Casa de Bernarda Alba". Otras obras famosas de clara inspiración gitana han sido: "Mariana Pineda" y "Romancero Gitano".

Nació en Granada en 1898 y fue fusilado en 1936 por soldados falangistas al comienzo de la Guerra Civil Española. Su lamentable pérdida dio paso al nacimiento de un mito que ha sido fuente de inspiración para muchos profesionales del arte en todas sus facetas.

Más información: http://www.google.es/search?q=Federico+García+Lorca


Tu blogs, el mejor....No dejes de escribir en él.Te envío un archivo adjunto para que lo metas en tu blogs.Tu alumno.Gabriel

ESPA J.M.G

En el rincón de los cuentos podemos ilusionarnos y recordar nuestra niñez.Tu alumna de E.Básicas.Lucía

viernes, 13 de diciembre de 2013

LA SIRENITA


LA SIRENITA (COPENHAGUE)




La sirenita es el monumento más famoso de Copenhague y de todo Dinamarca. Cada día es fotografiado por miles de turistas llegados de todas partes del mundo. Ha sido atacada en innumerables ocasiones por ser uno de los símbolos más representativos de a ciudad. Un cervecero fue el que mandó construirla en 1913 basándose en el cuento de La Sirenita de Hans Christian Andersen. El escultor que la hizo quería una bella actriz, pero como no quería posar desnuda, se tuvo que inspirar en su propia mujer.


La leyenda y la historia es lo que más marca a la sirenita como símbolo, porque una vez que se conoce hay más de uno que se desilusiona, sobre todo por su pequeño tamaño. Sin embargo, es ese tamaño y esa simpleza que la rodea lo que la confiere un aura especial que te impide dejar de mirarla y fotografiarla. Quizás, la sirenita quiere volver a ser inmortal en las fotografías, ya que obtuvo el aspecto de mujer cuando renunció a esa posibilidad de vivir para siempre en agua.






Molino típico de Dinamarca 
Último molino en Copenhague  (Dinamarca)

Se encuentra situado en el parque Langelinie en las inmediaciones de
Kastellet.
Se descubre el último molino de viento de 1847, que aún queda
en pie en Copenhague.A su lado varios cañones de la guarnición
militar le hacen compañía.





jueves, 12 de diciembre de 2013

Espa- Juan Ramón Jiménez

Es muy interesante conocer la vida de Juan Ramón Jiménez.

Me ha llamado la atención lo que le ocurrió cuando murió su padre.

También es  muy interesante  el Premio Nobel que consiguió.  

 Un saludo. D.G.M


     Breve biografía de Juan Ramón Jiménez

Juan Ramón Jiménez nació en Moguer, España el 24 de diciembre de 1881. Fue hijo de 
padre castellano y madre andaluza. Su infancia transcurrió sin apremios económicos, 
empero con cierta temerosidad de conocer el mundo. 

Con el tiempo conoce la poesía modernista y se identifica con ella, pese a que su

sensibilidad e intimismo melancólico se inclina del lado becqueriano. 

En 1901 fallece su padre, hecho que le afectó profundamente, por lo que sufre una 

crisis nerviosa que le obliga a permanecer en sanatorios de Madrid y del sur de Francia. 

A Juan Ramón Jiménez le pusieron varios apelativos, siendo los más conocidos: 

"el retraído y "el cansado de su nombre". 

En 1915 es nombrado profesor de la Universidad de San Juan, la que acoge al 

gran poeta español con el mayor cariño, admiración y respeto. 

Ganó en 1957 el Prenio Nobel de Literatura, siendo su novela-poema: "Platero y Yo" lo 

que influyó para obtener ese galardón. 

Muere el 29 de mayo de 1958. Sus restos fueron trasladados a España, donde están enterrados 

junto con los de su esposa, en el panteón familiar de Moguer. 

La sirenita--Enseñanzas básicas

Te envío imágenes de la sirenita, para que disfrutes con ellas, y para que disfrutemos todos. El cuento me ha gustado mucho.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Espa



Vicente 


Aleixandre
  • Vicente Pío Marcelino  Cirilo  Aleixandre

  •  y Merlo fue un poeta español nacido en 

  • Sevilla.

  •  Aleixandre  fue laureado con el

  •  Premio Nobel de Literatura en 1977.


  • Formó parte de la Generación del 27.Murió 

  • en Madrid en 1984


  • Nacido : 26 de abril 1898, Sevilla

  • Murió : 14 de diciembre 1984, Madrid


  • Premios : Premio Nobel de Literatura.



  • martes, 10 de diciembre de 2013

    El blog de la clase

     ¿Ha llegado la hora de participar?


               Sí. ¡ Empezamos !
    ALUMNOS DE ESPA

    LA ACADEMIA SUECA


     ¿Qué misión tiene?  Entregar el premio Nobel.

    Premio Nobel de Literatura


              Otorgado por: Academia Sueca.

              Año de creación: 1901.

              Año de última entrega: 2013


    El Premio Nobel de Literatura es uno de los galardones más prestigiosos del mundo dedicados a las letras, siendo uno de los cinco premios originales que Alfred Nobel consignó para que la Academia Sueca otorgara como parte de su legado.

      
      El Nobel de Literatura se concede a un autor cuya obra haya sido significativa y destacada y su dotación asciende a los ocho millones de coronas suecas, algo menos de un millón de euros. Su importancia mediática hace que su entrega anual, el primer jueves de octubre, se convierta en uno de los momentos más importantes del calendario literario.
      
      A lo largo de la historia del premio, que se inició en 1901 con Sully Prudhomme, han sido galardonados autores como Rudyard Kipling, Rabindranath Tagore, Jacinto Benavente, W. B. Yeats, G.B. Shaw, Luigi Piandello, Pearl S. Buck, Herman Hesse, T.S. Eliot, Faulkner, entre otros grandes clásicos de la literatura.
      
      Los últimos premios ha recaído en personalidades tan conocidas como Mario Vargas Llosa, Mo Ya o la canadiense Alice Munro.

    Alfred Nobel
    Nombre
    Alfred Bernhard Nobel
    Nacimiento
    Fallecimiento
    10 de diciembre de 1896 (63 años) San RemoItalia
    Causa de muerte
    Nacionalidad
    Sueco
    Ocupación
    Químicoingeniero, fabricante de armamento e inventor
    Conocido por
    Invención de la dinamitaPremio Nobel
    Padres
    Immanuel Nobel (1801–1872) y Andriette Ahlsell Nobel (1805–1889).


    Alfred Nobel nació en una familia de ingenieros; a los nueve años de edad su familia se trasladó a Rusia, donde él y sus hermanos recibieron una esmerada educación en ciencias naturales y humanidades.
    Desarrolló sus capacidades literarias como para escribir poesía en inglés. Su obra Nemesis, una tragedia en prosa sobre el episodio de Beatrice Cenci, inspirada en parte por la obra de Shelley The Cenci fue impresa mientras agonizaba.En su testamento firmado el 27 de noviembre de 1895 en el Club Sueco-Noruego de París, Nobel instaura con su fortuna un fondo con el que se premiaría a los mejores exponentes en la Literatura, Fisiología o Medicina, Física, Química y la Paz. Un ataque cardíaco le causó la muerte cuando estaba en su hogar en San Remo, Italia, el día 10 de diciembre de 1896 a la edad de 63 años.
    Se calcula que su fortuna en el momento de su muerte era de 33.000.000 coronas, de las que legó a su familia apenas 100.000 coronas. El resto fue destinado a los Premios Nobel.

    Españoles galardonados con el
     Premio Nobel

    Mario Vargas Llosa

    (1936-

    literatura 2010
    Camilio José Cela

    (1916–2002)

    literatura 1989
    Vicente Aleixandre

    (1898–1984)

    literatura 1977
    Juan Ramón Jiménez

    (1881–1958)

    literatura 1956
    Jacinto Benavente

    (1866–1954)

    literatura 1922
    José Echegaray y Eizaguirre                    

    (1832–1916)
    literatura 1904


    PREMIO NOBEL DE LITERATURA

    Juan Ramón Jiménez (1881-1958)

    Galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1956. Su obra más conocida, Platero y yo, de 1914, pertenece a su primera etapa como escritor, lasensitiva. le seguiría su etapa intelectual marcada fuertemente por su viaje a America y otra etapaautosuficiente fruto de su exilio en Puerto Rico tras la Guerra Civil Española, donde moriría tras años de luchar contra el cáncer. Citas:
    “Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.” (comienzo de Platero y yo).

    “Si te dan papel pautado, utiliza el otro lado”.

    ACTIVIDADES

    Leemos un fragmento del capítulo XLVII de la

    obra Platero y yo, luego trabajamos.

    El Rocío

    Platero —le dije—, vamos a esperar las Carretas.

    Traen el rumor del lejano bosque de Doñana, el misterio del pinar de las Ánimas, la frescura de las Madres y de los dos Fresnos, el olor de la Rocina...Me lo llevé, guapo y lujoso, a que piropeara a las muchachas por la calle de la Fuente, en cuyos bajos aleros de cal se moría, en una vaga cinta rosa, el vacilante sol de la tarde. Luego nos pusimos en el vallado de los Hornos, desde donde se ve todo el camino de los Llanos.

    Venían ya, cuesta arriba, las Carretas. La suave llovizna de los Rocíos caía sobre las viñas verdes, de una pasajera nube malva. Pero la gente no levantaba siquiera los ojos al agua.

    Pasaron, primero, en burros, mulas y caballos ataviados a la moruna y la crin trenzada, las alegres parejas de novios, ellos alegres, valientes ellas. El rico y vivo tropel iba, volvía, se alcanzaba incesantemente en una locura sin sentido. Seguía luego el carro de los borrachos, estrepitoso, agrio y trastornado. Detrás, las carretas, con lechos, colgadas de blanco, con las muchachas morenas, duras y floridas, sentadas bajo el dosel, repicando panderetas y chillando sevillanas. Más caballos, más burros... Y el mayordomo —"¡Viva la Virgen del Rocíoooo! ¡Vivaaaa!"— calvo, seco y rojo, el sombrero ancho a la espalda y la vara de oro descansada en el estribo. Al fin, mansamente tirado por dos grandes bueyes píos, que parecían obispos con sus frontales de colorines y espejos, en los que chispeaba el trastorno del sol mojado, cabeceando con la desigual tirada de la yunta, el Sin Pecado, amatista y de plata en su carro blanco, todo en flor, como un cargado jardín mustio.

    Juan Ramón Jiménez

    ACTIVIDADES RELACIONADAS. "El Rocío".

    1- Escribe adjetivos con el sufijo oso a partir de los siguientes sustantivos:
    misterio: ….........................................................
    gracia: …............................................................
    cariño: …............................................................
    olor: …...............................................................

    2- Escribe adjetivos terminados en able a partir de los verbos siguientes:
    agradar: ….........................................................
    amar: ….............................................................
    soportar: ….......................................................
    tratar: …...........................................................

    3- Subraya los sustantivos que hay en el primer párrafo del texto y clasifícalos en comunes y propios.

    COMUNES        PROPIOS
    …................................     …..................................
    …................................     …..................................
    …................................     …..................................
    …................................     …..................................

    4- Completa las siguientes oraciones con las comparaciones adecuadas; sigue el ejemplo:

    Ej: Ana tiene las manos suaves como el terciopelo.

    Juan tiene los ojos ................. como el cielo.
    Ramón tiene los dientes ................. como la nieve.
    Teresa tiene el pelo ................... como el carbón.
    Rocío tiene los labios ................... como la amapola.

    Actividades de lectura comprensiva:

    1º.- ¿Qué le dijo a Platero
    2º.- ¿Dónde se pusieron?
    3º.- ¿Cómo pasaron?
    4º.- ¿Qué decía el mayordomo?
    5º.-  Haz un resumen del texto.
    6º.-  Escribe las ideas principales.

    Actividades para enviar al blog  por correo electrónico.

      1.- Busca fotos de los autores españoles que han obtenido
           el premio Nobel de Literatura.
      2.- Busca fotos de Juan Ramón Jiménez.
      3.- Busca fotos de Platero y yo.
      4.- Buscas un biografía breve de Juan Ramón Jiménez.
      5.- Busca un vídeo de Platero y yo.
      6.- Busca el vídeo de la entrega del premio Nobel a
           Juan Ramón  Jiménez.  
      7.- Lee el 2º capítulo de Platero y yo, y haz un resumen.
      8.- Busca dibujos relacionados con Platero y yo.
      9.- Busca un mapa de Suecia.
     10.-Expresa tu opinión sobre el Premio Nobel de Literatura.
     11.-Busca un gadyet del Premio Nobel.
     12.-Haz una redacción de 10 líneas sobre los premios. 
     13.-Lee un capítulo y envía tu opinión.




    VÍDEO DEL DISCURSO DE MARIO 

    VARGAS LLOSA


    Nuestro premio nobel dedicó su discurso títulado
    "Elogio de la Lectura y la ficcion" al Perú, a su familia, al amor que siente por la literatura y a la libertad como derecho básico del ser humano ... by www.henrryjara.com



    • Enseñanzas básicas













    La escritora canadiense de relatos cortos

     Alice Munro gana


     el Premio Nobel de Literatura



    La escritora canadiense Alice Munro fue galardonada hoy con el Premio Nobel de Literatura 2013 por su "armonioso estilo de relatar, que se caracteriza por su claridad y realismo psicológico", según fundamentó la Academia Sueca.

    Minuciosa, sutil, poética, capaz de captar todas las facetas de la naturaleza humana y hasta de parecer cruel, la literatura de la escritora canadiense, de 82 años, está a la altura de la celebridad que promete la obtención del Premio Nobel de Literatura concedido hoy por la Academia Sueca, que la calificó de  como la "maestra de los cuentos cortos contemporáneos.
    "Es aclamada por su delicado arte de narrar, su claridad y su realismo psicológico. Es fantástica para describir al ser humano", fundamentó el jurado de la Academia Sueca el fallo que impuso a Munro por encima de las predicciones que también daban como favoritos al japonés Haruki Murakami y al estadounidense Philip Roth.

    La autora de "Demasiada felicidad" recibió la llamada de la Academia Sueca y no pudo atenderla, por lo que los académicos le dejaron un mensaje en el contestador. Poco después se enteró de la noticia a través de su hija: "Mamá, ¡ganaste!", le anunció cuando en Ontario -donde reside- eran las 4 de la mañana.

    Munro es autora de 12 colecciones de cuentos y llamó la atención por su precisión narrativa y la observación de emociones complejas a través de una exposición sencilla de la vida diaria en sus historias narradas en ambientes rurales.
    "Es la mejor escritora de narrativa actualmente en actividad en América del Norte", sentenció el escritor Jonathan Franzen en su libro "Más afuera".

    La escritora tiene una manera muy particular de abordar la narración de las circunstancias cotidianas, un territorio que domina y suele poblar con personajes cargados de esperanza y de desazón al mismo tiempo, que sienten, padecen y se distinguen por una universalidad que sobrepasa tiempos y espacios sin dificultad.

    Galardonada antes con el Man Booker International Prize (le fue otorgado en 2009 por "la gran contribución de su obra al panorama literario mundial"), la autora construye relatos atravesados por la extrañeza en los que los acontecimientos funcionan como meras excusas para presentar personajes que reflexionan en voz alta sobre la relación entre memoria, presente y futuro.

    Algo del espíritu pionero, de la resolución emprendedora y del destino asumido con resignación se encuentra en sus historias de gente resistente y carente de artificio, sin que la literatura haya hecho más que mostrarlos: Munro usa metáforas audaces y divertidas para retratar la mentalidad algo anticuada de personajes inspirados en su propia familia.

    Artífice de "Demasiada felicidad", "Las lunas de Júpiter", "El amor de una mujer generosa" o "Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio" -que en la Argentina tradujo el escritor Marcelo Cohen- Munro vivió los primeros años de su vida en una granja al oeste de Ontario, en condiciones de precariedad económica.

    Ha tenido una infancia claustrofóbica, en un mundo que -según confesó alguna vez- seguía viviendo como en el siglo XIX a mitad del XX.
    Hacia los 60 ya estaba casada, vivía en Vancouver, era ama de casa y, en un momento de insatisfacción, empezó a escribir relatos a la hora de la siesta de sus hijos.

    Jorge Luis Borges, Javier Marías, Alberto Manguel, Mario Vargas Llosa y García Márquez son algunos de los escritores predilectos de esta lectora voraz que consiguió una beca para la universidad - algo raro entre las mujeres de su entorno- se licenció, y allí ya empezó a escribir cuentos. Luego lo abandonó por el cuidado de la familia. Se casó en 1951 y se fue a Vancouver.

    Después, y ya con tres hijas, se trasladó a Victoria con su marido, que llevaba adelante una librería, pero ella decidió divorciarse y eligió seguir su vocación literaria.

    "Era la sociedad la que consideraba a las mujeres negligentes por hacer algo tan extravagante como escribir, aunque encontré a muchas amigas que leían en secreto y nos lo pasábamos muy bien", contó en una entrevista a la revista New Yorker.

    "La vida de la gente es suficientemente interesante si consigues captarla tal cual es: monótona, sencilla, increíble, insondable”. Esa es su fórmula para escribir. Sencilla en el enunciado, profunda en el abordaje y en la belleza de sus textos.

    La infancia, lo imprevisible, la vida cotidiana, las mujeres, las dudas, las equivocaciones, las relaciones familiares o las personas sin brillo que pueblan la vida de cualquier lugar se hacen protagonistas de los relatos de esta escritora, que sugiere y dice mucho más de lo que aparece escrito en las páginas de sus libros. 
    En la Argentina hay actualmente disponibles en librerías varios de sus títulos, como "Secreto a voces" (Del Nuevo Extremo), "Progreso del amor" (RBA editores) y "La vida de las mujeres", una novela editada por Lumen.

    A principio de este año, el sello Random House Mondadori publicó “Mi vida querida”, una colección de cuentos donde explora el mundo del amor, sus encantos y desencantos, sus alegrías y decepciones, sus gozos y sombras, con la misma o superior pericia que narradoras más jóvenes y acaso no tan prolíficas.

    En una entrevista concedida hace cuatro años al periódico español La Vanguardia, Munro indicó que le cuesta sostener una vida normal.

    "He escrito tantos años que no sé hacer nada más -señaló-. Sé que soy feliz cuando me viene una idea y puedo ponerme a trabajar de manera estructurada, y sé también que no soy muy buena tomando vacaciones".
    Hace tres años confesó que padecía cáncer y el pasado mes de junio anunció en una entrevista concedida al canadiense National Post que probablemente no volvería a escribir "nunca más". Hoy sostuvo que el premio no le va a hacer reconsiderar esta decisión porque se está volviendo "más vieja".
    CUENTO DE  LA SIRENITA

    La Sirenita   [Cuento infantil. Texto completo.]    Hans Christian Andersen
    En el fondo del más azul de los océanos había un maravilloso palacio en el cual habitaba el Rey , un viejo y sabio tritón que tenía una abundante barba blanca. Vivía en esta espléndida mansión de coral multicolor y de conchas preciosas, junto a sus hijas, cinco bellísimas sirenas.La Sirenita, la más joven, además de ser la más bella poseía una voz maravillosa; cuando cantaba acompañándose con el arpa, los peces acudían de todas partes para escucharla, las conchas se abrían, mostrando sus perlas, y las medusas al oírla dejaban de flotar.
    La pequeña sirena casi siempre estaba cantando, y cada vez que lo hacía levantaba la vista buscando la débil luz del sol, que a duras penas se filtraba a través de las aguas profundas.
    -¡Oh! ¡Cuánto me gustaría salir a la superficie para ver por fin el cielo que todos dicen que es tan bonito, y escuchar la voz de los hombres y oler el perfume de las flores!
    -Todavía eres demasiado joven -respondió la abuela-. Dentro de unos años, cuando tengas quince, el rey te dará permiso para subir a la superficie, como a tus hermanas.
    La Sirenita soñaba con el mundo de los hombres, el cual conocía a través de los relatos de sus hermanas, a quienes interrogaba durante horas para satisfacer su inagotable curiosidad cada vez que volvían de la superficie. En este 
    tiempo, mientras esperaba salir a la superficie para conocer el universo ignorado, se ocupaba de su maravilloso jardín adornado con flores marítimas. Los caballitos de mar le hacían compañía y los delfines se le acercaban para jugar con ella; únicamente las estrellas de mar, quisquillosas, no respondían a su llamada.
    Por fin llegó el cumpleaños tan esperado y, durante toda la noche precedente, no consiguió dormir. A la mañana siguiente el padre la llamó y, al acariciarle sus largos y rubios cabellos, vio esculpida en su hombro una hermosísima flor.
    -¡Bien, ya puedes salir a respirar el aire y ver el cielo! ¡Pero recuerda que el mundo de arriba no es el nuestro, sólo podemos admirarlo! Somos hijos del mar y no tenemos alma como los hombres. Sé prudente y no te acerques a ellos. ¡Sólo te traerían desgracias!
    Apenas su padre terminó de hablar, La Sirenita le di un beso y se dirigió hacia la superficie, deslizándose ligera. Se sentía tan veloz que ni siquiera los peces conseguían alcanzarla. De repente emergió del agua. ¡Qué fascinante! Veía por primera vez el cielo azul y las primeras estrellas centelleantes al anochecer. El sol, que ya se había puesto 
    en el horizonte, había dejado sobre las olas un reflejo dorado que se diluía lentamente. Las gaviotas revoloteaban por encima de La Sirenita y dejaban oír sus alegres graznidos de bienvenida.
    -¡Qué hermoso es todo! -exclamó feliz, dando palmadas.
    Pero su asombro y admiración aumentaron todavía: una nave se acercaba despacio al escollo donde estaba La Sirenita. Los marinos echaron el ancla, y la nave, así amarrada, se balanceó sobre la superficie del mar en calma. La Sirenita escuchaba sus voces y comentarios. “¡Cómo me gustaría hablar con ellos!", pensó. Pero al decirlo, miró su larga cola cimbreante, que tenía en lugar de piernas, y se sintió acongojada: “¡Jamás seré como ellos!”
    A bordo parecía que todos estuviesen poseídos por una extraña animación y, al cabo de poco, la noche se llenó de vítores: “¡Viva nuestro capitán! ¡Vivan sus veinte años!"
     La pequeña sirena, atónita y extasiada, había descubierto mientras tanto al joven al que iba dirigido todo aquel alborozo. Alto, moreno, de porte real, sonreía feliz. La Sirenita no podía dejar de mirarlo y una extraña sensación de alegría y sufrimiento al mismo tiempo, que nunca había sentido con anterioridad, le oprimió el corazón.
    La fiesta seguía a bordo, pero el mar se encrespaba cada vez más. La Sirenita se dio cuenta en seguida del peligro que corrían aquellos hombres: un viento helado y repentino agitó las olas, el cielo entintado de negro se desgarró con relámpagos amenazantes y una terrible borrasca sorprendió a la nave desprevenida.
    -¡Cuidado! ¡El mar...! -en vano la Sirenita gritó y gritó.
    Pero sus gritos, silenciados por el rumor del viento, no fueron oídos, y las olas, cada vez más altas, sacudieron con fuerza la nave. Después, bajo los gritos desesperados de los marineros, la arboladura y las velas se abatieron sobre cubierta, y con un siniestro fragor el barco se hundió. La Sirenita, que momentos antes había visto cómo el joven capitán caía al mar, se puso a nadar para socorrerlo. Lo buscó inútilmente durante mucho rato entre las olas gigantescas. Había casi renunciado, cuando de improviso, milagrosamente, lo vio sobre la cresta blanca de una ola cercana y, de golpe, lo tuvo en sus brazos.
    El joven estaba inconsciente, mientras la Sirenita, nadando con todas sus fuerzas, lo sostenía para rescatarlo de una muerte segura. Lo sostuvo hasta que la tempestad amainó. Al alba, que despuntaba sobre un mar todavía lívido, la Sirenita se sintió feliz al acercarse a tierra y poder depositar el cuerpo del joven sobre la arena de la playa. Al no poder andar, permaneció mucho tiempo a su lado con la cola lamiendo el agua, frotando las manos del joven y dándole calor con su cuerpo.

    En el fondo del más azul de los océanos había un maravilloso palacio en el cual habitaba el Rey , un viejo y sabio tritón que tenía una abundante barba blanca. Vivía en esta espléndida mansión de coral multicolor y de conchas preciosas, junto a sus hijas, cinco bellísimas sirenas.La Sirenita, la más joven, además de ser la más bella poseía una voz maravillosa; cuando cantaba acompañándose con el arpa, los peces acudían de todas partes para escucharla, las conchas se abrían, mostrando sus perlas, y las medusas al oírla dejaban de flotar.
    La pequeña sirena casi siempre estaba cantando, y cada vez que lo hacía levantaba la vista buscando la débil luz del sol, que a duras penas se filtraba a través de las aguas profundas.
    -¡Oh! ¡Cuánto me gustaría salir a la superficie para ver por fin el cielo que todos dicen que es tan bonito, y escuchar la voz de los hombres y oler el perfume de las flores!
    -Todavía eres demasiado joven -respondió la abuela-. Dentro de unos años, cuando tengas quince, el rey te dará permiso para subir a la superficie, como a tus hermanas.
    La Sirenita soñaba con el mundo de los hombres, el cual conocía a través de los relatos de sus hermanas, a quienes interrogaba durante horas para satisfacer su inagotable curiosidad cada vez que volvían de la superficie. En este tiempo, mientras esperaba salir a la superficie para conocer el universo ignorado, se ocupaba de su maravilloso jardín adornado con flores marítimas. Los caballitos de mar le hacían compañía y los delfines se le acercaban para jugar con ella; únicamente las estrellas de mar, quisquillosas, no respondían a su llamada.
    Por fin llegó el cumpleaños tan esperado y, durante toda la noche precedente, no consiguió dormir. A la mañana siguiente el padre la llamó y, al acariciarle sus largos y rubios cabellos, vio esculpida en su hombro una hermosísima flor.
    -¡Bien, ya puedes salir a respirar el aire y ver el cielo! ¡Pero recuerda que el mundo de arriba no es el nuestro, sólo podemos admirarlo! Somos hijos del mar y no tenemos alma como los hombres. Sé prudente y no te acerques a ellos. ¡Sólo te traerían desgracias!
    Apenas su padre terminó de hablar, La Sirenita le di un beso y se dirigió hacia la superficie, deslizándose ligera. Se sentía tan veloz que ni siquiera los peces conseguían alcanzarla. De repente emergió del agua. ¡Qué fascinante! Veía por primera vez el cielo azul y las primeras estrellas centelleantes al anochecer. El sol, que ya se había puesto en el horizonte, había dejado sobre las olas un reflejo dorado que se diluía lentamente. Las gaviotas revoloteaban por encima de La Sirenita y dejaban oír sus alegres graznidos de bienvenida.
    -¡Qué hermoso es todo! -exclamó feliz, dando palmadas.
    Pero su asombro y admiración aumentaron todavía: una nave se acercaba despacio al escollo donde estaba La Sirenita. Los marinos echaron el ancla, y la nave, así amarrada, se balanceó sobre la superficie del mar en calma. La Sirenita escuchaba sus voces y comentarios. “¡Cómo me gustaría hablar con ellos!", pensó. Pero al decirlo, miró su larga cola cimbreante, que tenía en lugar de piernas, y se sintió acongojada: “¡Jamás seré como ellos!”
    A bordo parecía que todos estuviesen poseídos por una extraña animación y, al cabo de poco, la noche se llenó de vítores: “¡Viva nuestro capitán! ¡Vivan sus veinte años!” La pequeña sirena, atónita y extasiada, había descubierto mientras tanto al joven al que iba dirigido todo aquel alborozo. Alto, moreno, de porte real, sonreía feliz. La Sirenita no podía dejar de mirarlo y una extraña sensación de alegría y sufrimiento al mismo tiempo, que nunca había sentido con anterioridad, le oprimió el corazón.
    La fiesta seguía a bordo, pero el mar se encrespaba cada vez más. La Sirenita se dio cuenta en seguida del peligro que corrían aquellos hombres: un viento helado y repentino agitó las olas, el cielo entintado de negro se desgarró con relámpagos amenazantes y una terrible borrasca sorprendió a la nave desprevenida.
    -¡Cuidado! ¡El mar...! -en vano la Sirenita gritó y gritó.
    Pero sus gritos, silenciados por el rumor del viento, no fueron oídos, y las olas, cada vez más altas, sacudieron con fuerza la nave. Después, bajo los gritos desesperados de los marineros, la arboladura y las velas se abatieron sobre cubierta, y con un siniestro fragor el barco se hundió. La Sirenita, que momentos antes había visto cómo el joven capitán caía al mar, se puso a nadar para socorrerlo. Lo buscó inútilmente durante mucho rato entre las olas gigantescas. Había casi renunciado, cuando de improviso, milagrosamente, lo vio sobre la cresta blanca de una ola cercana y, de golpe, lo tuvo en sus brazos.
    El joven estaba inconsciente, mientras la Sirenita, nadando con todas sus fuerzas, lo sostenía para rescatarlo de una muerte segura. Lo sostuvo hasta que la tempestad amainó. Al alba, que despuntaba sobre un mar todavía lívido, la Sirenita se sintió feliz al acercarse a tierra y poder depositar el cuerpo del joven sobre la arena de la playa. Al no poder andar, permaneció mucho tiempo a su lado con la cola lamiendo el agua, frotando las manos del joven y dándole calor con su cuerpo.
    Hasta que un murmullo de voces que se aproximaban la obligaron a buscar refugio en el mar.
    -¡Corran! ¡Corran! -gritaba una dama de forma atolondrada- ¡Hay un hombre en la playa! ¡Está vivo! ¡Pobrecito...! ¡Ha sido la tormenta...! ¡Llevémoslo al castillo! ¡No! ¡No! Es mejor pedir ayuda...
    La primera cosa que vio el joven al recobrar el conocimiento, fue el hermoso semblante de la más joven de las tres damas.
    -¡Gracias por haberme salvado! -le susurró a la bella desconocida.
    La Sirenita, desde el agua, vio que el hombre al que había salvado se dirigía hacia el castillo, ignorante de que fuese ella, y no la otra, quien lo había salvado.
    Pausadamente nadó hacia el mar abierto; sabía que, en aquella playa, detrás suyo, había dejado algo de lo que nunca hubiera querido separarse. ¡Oh! ¡Qué maravillosas habían sido las horas transcurridas durante la tormenta 
    teniendo al joven entre sus brazos!
    Cuando llegó a la mansión paterna, la Sirenita empezó su relato, pero de pronto sintió un nudo en la garganta y, echándose a llorar, se refugió en su habitación. Días y más días permaneció encerrada sin querer ver a nadie, rehusando incluso hasta los alimentos. Sabía que su amor por el joven capitán era un amor sin esperanza, porque ella, la Sirenita, nunca podría casarse con un hombre.
    Sólo la Hechicera de los Abismos podía socorrerla. Pero, ¿a qué precio? A pesar de todo decidió consultarla.
    -¡...por consiguiente, quieres deshacerte de tu cola de pez! Y supongo que querrás dos piernas. ¡De acuerdo! Pero deberás sufrir atrozmente y, cada vez que pongas los pies en el suelo sentirás un terrible dolor.
    -¡No me importa -respondió la Sirenita con lágrimas en los ojos- a condición de que pueda volver con él!
    ¡No he terminado todavía! -dijo la vieja-. ¡Deberás darme tu hermosa voz y te quedarás muda para siempre! Pero recuerda: si el hombre que amas se casa con otra, tu cuerpo desaparecerá en el agua como la espuma de una ola.
    -¡Acepto! -dijo por último la Sirenita y, sin dudar un instante, le pidió el frasco que contenía la poción prodigiosa. Se dirigió a la playa y, en las proximidades de su mansión, emergió a la superficie; se arrastró a duras penas por la orilla y se bebió la pócima de la hechicera.
    Inmediatamente, un fuerte dolor le hizo perder el conocimiento y cuando volvió en sí, vio a su lado, como entre brumas, aquel semblante tan querido sonriéndole. El príncipe allí la encontró y, recordando que también él fue un náufrago, cubrió tiernamente con su capa aquel cuerpo que el mar había traído.
    -No temas -le dijo de repente-. Estás a salvo. ¿De dónde vienes?
    Pero la Sirenita, a la que la bruja dejó muda, no pudo responderle.
    -Te llevaré al castillo y te curaré.
    Durante los días siguientes, para la Sirenita empezó una nueva vida: llevaba maravillosos vestidos y acompañaba al príncipe en sus paseos. Una noche fue invitada al baile que daba la corte, pero tal y como había predicho la bruja, cada paso, cada movimiento de las piernas le producía atroces dolores como premio de poder vivir junto a su amado. Aunque no pudiese responder con palabras a las atenciones del príncipe, éste le tenía afecto y la colmaba de gentilezas. Sin embargo, el joven tenía en su corazón a la desconocida dama que había visto cuando fue rescatado después del naufragio.
    Desde entonces no la había visto más porque, después de ser salvado, la desconocida dama tuvo que partir de inmediato a su país. Cuando estaba con la Sirenita, el príncipe le profesaba a ésta un sincero afecto, pero no desaparecía la otra de su pensamiento. Y la pequeña sirena, que se daba cuenta de que no era ella la predilecta del joven, sufría aún más. Por las noches, la Sirenita dejaba a escondidas el castillo para ir a llorar junto a la playa.
    Pero el destino le reservaba otra sorpresa. Un día, desde lo alto del torreón del castillo, fue avistada una gran nave que se acercaba al puerto, y el príncipe decidió ir a recibirla acompañado de la Sirenita.
    La desconocida que el príncipe llevaba en el corazón bajó del barco y, al verla, el joven corrió feliz a su encuentro. La Sirenita, petrificada, sintió un agudo dolor en el corazón. En aquel momento supo que perdería a su príncipe para siempre. La desconocida dama fue pedida en matrimonio por el príncipe enamorado, y la dama lo aceptó con agrado, puesto que ella también estaba enamorada. Al cabo de unos días de celebrarse la boda, los esposos fueron invitados a hacer un viaje por mar en la gran nave que estaba amarrada todavía en el puerto. La Sirenita también subió a bordo con ellos, y el viaje dio comienzo.
    Al caer la noche, la Sirenita, angustiada por haber perdido para siempre a su amado, subió a cubierta. Recordando la 
    profecía de la hechicera, estaba dispuesta a sacrificar su vida y a desaparecer en el mar. Procedente del mar, escuchó la llamada de sus hermanas:
    -¡Sirenita! ¡Sirenita! ¡Somos nosotras, tus hermanas! ¡Mira! ¿Ves este puñal? Es un puñal mágico que hemos obtenido de la bruja a cambio de nuestros cabellos. ¡Tómalo y, antes de que amanezca, mata al príncipe! Si lo haces, podrás volver a ser una sirenita como antes y olvidarás todas tus penas.
    Como en un sueño, la Sirenita, sujetando el puñal, se dirigió hacia el camarote de los esposos. Mas cuando vio el semblante del príncipe durmiendo, le dio un beso furtivo y subió de nuevo a cubierta. Cuando ya amanecía, arrojó el arma al mar, dirigió una última mirada al mundo que dejaba y se lanzó entre las olas, dispuesta a desaparecer y volverse espuma.
    Cuando el sol despuntaba en el horizonte, lanzó un rayo amarillento sobre el mar y, la Sirenita, desde las aguas heladas, se volvió para ver la luz por última vez. Pero de improviso, como por encanto, una fuerza misteriosa la arrancó del agua y la transportó hacia lo más alto del cielo. Las nubes se teñían de rosa y el mar rugía con la primera brisa de la mañana, cuando la pequeña sirena oyó cuchichear en medio de un sonido de campanillas:
    -¡Sirenita! ¡Sirenita! ¡Ven con nosotras!
    -¿Quiénes son? -murmuró la muchacha, dándose cuenta de que había recobrado la voz-. ¿Dónde están?
    -Estás con nosotras en el cielo. Somos las hadas del viento. No tenemos alma como los hombres, pero es nuestro deber ayudar a quienes hayan demostrado buena voluntad hacia ellos.
    La Sirenita, conmovida, miró hacia abajo, hacia el mar en el que navegaba el barco del príncipe, y notó que los ojos se le llenaban de lágrimas, mientras las hadas le susurraban:
    -¡Fíjate! Las flores de la tierra esperan que nuestras lágrimas se transformen en rocío de la mañana. ¡Ven con nosotras! Volemos hacia los países cálidos, donde el aire mata a los hombres, para llevar ahí un viento fresco. Por donde pasemos llevaremos socorros y consuelos, y cuando hayamos hecho el bien durante trescientos  años, recibiremos un alma inmortal y podremos participar de la eterna felicidad de los hombres -le decían.
    -¡Tú has hecho con tu corazón los mismos esfuerzos que nosotras, has sufrido y salido victoriosa de tus pruebas y te has elevado hasta el mundo de los espíritus del aire, donde no depende más que de ti conquistar un alma inmortal por tus buenas acciones! -le dijeron.
    Y la Sirenita, levantando los brazos al cielo, lloró por primera vez.
    Oyéronse de nuevo en el buque los cantos de alegría: vio al Príncipe y a su linda esposa mirar con melancolía la espuma juguetona de las olas. La Sirenita, en estado invisible, abrazó a la esposa del Príncipe, envió una sonrisa al esposo, y en seguida subió con las demás hijas del viento envuelta en una nube color de rosa que se elevó hasta el cielo.
    FIN
      






    ACTIVIDADES

      1.- Escribe el nombre del autor del cuento.
      2.- Escribe los valores de la sirenita.
      3.- Escribe la trama del cuento.
      4.- Busca 5 palabras de una sola sílaba, de 2 y de 3.
      5.- Explica por qué te ha gustado el cuento.
      6.- Cuenta el cuento a una compañero/compañera.
      7.- Escribe 2 palabras aguda,2 llanas y 2 esdrújulas.
      8.- Escribe los nombre propios que haya en el cuento.
      9.- ¿Qué has aprendido en este cuento?
    10.- Resume la moraleja del cuento.

    ACTIVIDADES PARA ENVIAR AL BLOG
    (por correo electrónico)

    1.- Busca imágenes de la sirenita.
    2.- Busca la ciudad de Dinamarca.
    3.- Busca un vídeo sobre la sirenita.
    4.- Busca imágenes del fondo del mar.
    5.- Busca animales del mar.
    6.- Lee el cuento y envía tu opinión.

    ODA AL MAR : Pablo Neruda

    AQUÍen la isla
    el mar
    y cuánto mar
    se sale de sí mismo
    a cada rato,
    dice que sí, que no,
    que no, que no, que 
    no,
    dice que si, en azul,
    en espuma, en galope,
    dice que no, que no.
    No puede estarse quieto,
    me llamo mar, repite
    pegando en una piedra
    sin lograr convencerla,
    entonces
    con siete lenguas verdes
    de siete perros verdes,
    de siete tigres verdes,
    de siete mares verdes,
    la recorre, la besa,
    la humedece
    y se golpea el pecho
    repitiendo su nombre.
    Oh mar, así te llamas,
    oh camarada océano,
    no pierdas tiempo y agua,
    no te sacudas tanto,
    ayúdanos,
    somos los pequeñitos
    pescadores,
    los hombres de la orilla, 

    tenemos frío y hambre
    eres nuestro enemigo,
    no golpees tan fuerte,
    no grites de ese modo,
    abre tu caja verde
    y déjanos a todos
    en las manos
    tu regalo de plata:
    el pez de cada día.
    Aquí en cada casa
    lo queremos
    y aunque sea de pl
    ata, 
    de cristal o de luna,
    nació para las pobres
    cocinas de la tierra.
    No lo guardes,
    avaro,
    corriendo frío como
    relámpago mojado
    debajo de tus olas.
    Ven, ahora,
    ábrete
    y déjalo
    cerca de nuestras manos,
    ayúdanos, océano,
    padre verde y profundo,
    a terminar un día
    la pobreza terrestre.
    Déjanos
    cosechar la infinita
    plantación de tus vidas,
    tus trigos y tus uvas,
    tus bueyes, tus metales,
    el esplendor mojado
    y el fruto sumergi
    do.
    Padre mar, ya sabemos
    cómo te llamas, todas
    las gaviotas reparten
    tu nombre en las arenas:
    ahora, pórtate bien,
    no sacudas tus crines,
    no amenaces a nadie,
    no rompas contra el cielo
    tu bella dentadura,
    déjate por un rato
    de gloriosas historias,
    danos a cada hombre,
    a cada
    mujer y a cada niño,
    un pez grande o pequeño
    cada día.
    Sal por todas las calles
    del mundo
    a repartir pescado
    y entonces
    grita,
    grita
    para que te oigan todos
    los pobres que trabajan
    y digan,
    asomando a la boca
    de la mina:
    "Ahí viene el viejo mar 

    repartiendo pescado".
    Y volverán abajo,
    a las tinieblas,
    sonriendo, y por las calles
    y los bosques
    sonreirán los hombres
    y la tierra
    con sonrisa marina.
    Pero
    si no lo quieres,
    si no te da la gana,
    espérate,
    espéranos,
    lo vamos a pensar,
    vamos en primer término
    a arreglar los asuntos
    humanos,
    los más grandes prime
    ro,
    todos los otros después,
    y entonces
    entraremos en ti,
    cortaremos las olas
    con cuchillo de fuego,
    en un caballo eléctrico
    saltaremos la espuma,
    cantando
    nos hundiremos
    hasta tocar el fondo
    de tus entrañas,
     
    un hilo atómico
    guardará tu cintura,
    plantaremos
    en tu jardín profundo
    plantas
    de cemento y acero,
    te amarraremos
    pies y manos,
    los hombres por tu piel
    pasearán escupiendo,
    sacándote racimos,
    construyéndote arneses,
    montándote y domándote
    dominándote el alma.
    Pero eso será cuando
    los hombres
    hayamos arreglado
    nuestro problema,
    el grande,
    el gran problema.
    Todo lo arreglaremos
    poco a poco:
    te obligaremos, mar,
    te obligaremos, tierra, 

    a hacer milagros,
    porque en nosotros mismos,
    en la lucha,
    está el pez,  está el pan,
    está el milagro.




    ¡ES LA HORA DE EMPEZAR!